BUENOS AIRES.- La presidenta Cristina Fernández reiteró que el país “no va a entrar en default” porque pagó en tiempo y forma a los bonistas de la deuda reestructurada, y advirtió que si se acuerda con los fondos buitre por encima de lo pactado en los canjes de 2005 y 2010 “se caen las quitas” conseguidas por el ex presidente Néstor Kirchner.
La mandataria aseveró que como la Argentina depositó el dinero a los bonistas que entraron en los distintos canjes no va a entrar en default: “van a tener que inventar un nombre nuevo” que se refiera a “un deudor que pagó y que alguien bloqueó”, dijo. Subrayó que detrás de las maniobras de los fondos buitre en la Justicia estadounidense se esconden quienes “quieren hacer caer la reestructuración” de toda la deuda de la Argentina, para volver a la época en la que el país “pagaba con recursos naturales” porque no le alcanzaba.
La jefa del Estado lo expresó al hablar en la inauguración de la planta industrial de la firma japonesa Yamaha, en el partido de General Rodríguez -en el oeste del conurbano-, que fabricará allí sus nuevos modelos de motocicletas.
Cristina sostuvo que “no importa si no están de acuerdo con el Gobierno, no podemos volver para atrás al infierno que significó la deuda externa durante décadas”. Explicó que el ingreso de dólares al país durante los años 90 fue a costa de la falta de desarrollo nacional en temas como vivienda, salud y educación. Y señaló: “no nos podemos dejar arrebatar el presente y mucho menos el futuro”.
Al explicar los mecanismos de negociación por la deuda, indicó que si Argentina viola la denominada “cláusula RUFO”, abonando a los fondos buitre por encima de lo que acordó con los bonistas de la deuda reestructurada, “se caen las quitas que Néstor (Kirchner) logró por primera vez en la historia”.
La “cláusula RUFO es de imposible violación, porque estaríamos tirando abajo lo que trabajosamente le costó a los argentinos”, afirmó.
“Esta Presidenta no va a firmar nada que comprometa el futuro de los argentinos, como hicieron otros que firmaron cualquier cosa”, y “no me van a amenazar con que el mundo se viene abajo si no firmo”, sostuvo. “Nuestras razones no son caprichos”, dijo la Presidenta y agregó que “este no es un problema por 1.300 millones de dólares; lo que quieren es hacer caer la reestructuración”. Cristina afirmó que “vamos a seguir hablando” con los holdouts y a “ir cuantas veces sea necesario, pero con nuestras razones”. En ese marco, desafió a los bonistas a que “nos den un seguro, que hagan un seguro contra la cláusula RUFO y nosotros quedamos cubiertos”, aunque señaló que al respecto, el Gobierno no obtuvo “ni una sola respuesta”.
Por otro lado, el mediador designado por el juez Thomas Griesa en la disputa entre la Argentina y los fondos buitre dijo ayer que tuvo que postergar el inicio de la ronda de reuniones para hoy, porque la delegación de Buenos Aires no “podía llegar a tiempo”.
Daniel Pollack había programado el encuentro para ayer, a las 10 de la mañana hora local, después de que el juez estadounidense ordenó reuniones continuas hasta alcanzar un acuerdo que evite una cesación de pagos de la tercera mayor economía de América Latina. Pollack informó en un correo electrónico que la reunión prevista “no podría realizarse y tendría que ser aplazada debido a que los argentinos dijeron que no podrían llegar a tiempo” a Nueva York. El encuentro quedó programado para hoy al mediodía de Nueva York.
Argentina tiene hasta el 30 de julio para llegar a un acuerdo con los holdouts, quienes lograron un fallo a favor para que se les pague el total de los bonos incumplidos, en lugar de sólo una parte. Si no hay un acuerdo, el país enfrenta un segundo default, tras la enorme cesación de pagos por 100.000 millones de dólares de 2001-2002 que está en el origen del conflicto.
Como consecuencia de los problemas para llegar a un acuerdo, los mercados en el país operaron con incertidumbre, registrándose nuevas bajas en acciones y un aumento del dólar paralelo. El dólar blue o paralelo saltó ayer 25 centavos o 2%, a 12,70 pesos para la venta, una brecha de 55% contra el tipo oficial que se ofreció a 8,19 pesos en la City porteña. En la rueda, el Central compró 50 millones de la divisa estadounidense.
“La falta de avance en las negociaciones con los holdouts inunda de miedo a los inversores, que temen un default y se cubren en el mercado paralelo”, indicó un operador de cambio. El dólar paralelo, que llegó a venderse hasta 13 pesos, anotó un máximo histórico de 13,10 pesos a fines de enero tras una devaluación. “Hay una fuerte volatilidad en el mercado paralelo, con escasos negocios pero con precios claramente en alza”, dijo una fuente del mercado. El dólar turista, cuyo cálculo resulta de adicionar 35% al oficial en pizarras, cerró en 11,06 pesos, mientras el que surge de las operaciones de atesoramiento (20% más) se pactó en 9,83 pesos.
La reunión pospuesta en EEUU dejó sin novedades a los inversores e hizo bajar al Merval hasta 2,84% a mitad de jornada, diferencia que se acortó a 2,32% en el cierre. Las bajas alcanzaron a todo el panel, excepto Petrobras Argentina (+2,02%). Las mayores pérdidas las afrontaron Pampa Energía (-4,87%), Telecom (-3,7%), Petrobras Brasil (-3,66%), y Aluar (-3,38%). Los bonos, en contraposición, concluyeron con subas: Bocon 24 (+2,9%), Bogar 18 (+1,3%), Discount (+1%) y Bonar 15 (+0,5%) en el caso de bonos en pesos. En dólares se destacó el Discount (+1,2%), el Global 17 (+1%), el Bonar X (+0,4%) y el Boden 15 (+0,3%). (DyN-Reuters-Télam)